Martin Scorsese nos sorprende de nuevo con "La Invención de Hugo Cabret". Este homenaje al cineasta francés Georges Méliès es una fantástica historia, que gira en torno al pequeño Hugo, que evoca a la magia del cine, y es precisamente esta remembranza la que le otorga al filme ternura y encanto. Filmada en 3D, esta es una de las mejores películas del 2011, lo que le valió 11 nominaciones para los próximos premios Óscar de la Academia el 26 de Febrero.
Situada en la bella París de los años 30, "La Invención de Hugo Cabret" narra la historia del niño homónimo, quien, tras quedar huérfano, vive entre las paredes de la estación de tren parisina. Allí mantiene siempre arreglados los relojes de la estación mientras busca concluir el proyecto que emprendió con su padre: reparar un autómata (RAE: máquina que imita la figura y movimientos de un ser animado). Es buscando cumplir su cometido que Hugo, interpretado por Asa Butterfield (recordado por su interpretación de Bruno en El niño del Pijama de Rayas), emprende una aventura en donde descubrirá un mundo de ensueño.
"La Invención de Hugo Cabret" es la primera película de Scorsese filmada en 3D, y es gracias a esta nueva técnica que se logra captar con mayor precisión los movimientos de los actores, así como sus emociones. A pesar de las recientes críticas sobre el uso del 3D en los últimos filmes, esta película es un claro ejemplo a seguir dado que, por ser esta una "película de películas", la técnica permite que entremos al mundo parisino y experimentemos la historia desde adentro (definitivamente un homenaje a la magia del cine).
Con respecto a las actuaciones debo destacar la química entre Asa Butterfield y Chlöe Grace Moretz, quienes interpretan a Hugo, el pequeño huérfano en búsqueda del significado de un gran misterio, e Isabelle, una ávida lectora en búsqueda de una aventura, respectivamente. Ambos personajes se complementan, y es solo después de conocerse que se puede develar el misterio. En cuanto al maravilloso Ben Kingsley (recordado por su magnífica actuación en Ghandi), me queda felicitarlo por asumir el reto de caracterizar al cineasta Georges Méliès, en sus momentos de gloria y fracaso.
Para concluir, debo reconocer que me emocionó el homenaje a uno de los pioneros del cine mudo: Georges Méliès, amante de la ilusión. Sus centenas de filmes nos impulsan a soñar e imaginar, y es por esto que deben ser recordados, ya que estas películas fueron la base de cine actual. No lo olvidemos.
Y para los amantes del cine, les dejo abajo "Viaje a la Luna" un filme, quizás uno de los más recordados, del gran Méliès.
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